27.1.09

y empezaron los 90...

Detrás de cada foto hay una gran historia. Bueno, de algunas. De ésta sí.

Corría en año de 1990: recién había caído el muro de Berlín, la terrible moda de los leggings de colores con largas camisetas estaba pegando con tubo, los tres tenores habían cantado juntos por primera vez en el mundial de futbol, Microsoft se convirtió en la primera compañía en exceder un billón de dólares en ventas, un premio nobel -ese que nunca recibió Borges- fue otorgado a Octavio Paz y yo pasaba triunfalmente de preprimaria a primero de primaria. Oh, sí, empezaban los maravillosos años 90.

La foto en cuestión fue tomada el día de mi "graduación" de preprimaria.
G se burló de que le llamara "graduación"... y en realidad no sé si sea válido calificarla como tal, pero ¿de qué otro modo ponerlo? Era una ceremonia, pues, en la que toda la chamaquiza de preprimaria del Instituto San Ángel Inn fue convocada, junto con los orgullosos padres, a celebrar el final del kinder y esas cosas ridículas y la entrada oficial a la primaria.

Esa mañana yo me había despertado emocionada por que era el día de mi graduación y por ser la festejada, me iban a dejar ponerme lo que yo quisiera y comer muchos dulces y jugar en la tierra con mi amigo andrés (que, dicho sea de paso, años después pensaba que Costilla era el perro de Miguel Hidalgo). Me paré frente al clóset, prendí la luz y me dispuse a elegir vestimenta. Y ahí estaba, limpísima, libre de arrugas, muy a la moda: mi sudadera favorita. La recuerdo con nostalgia, era color vino y decía algo así como "
offshore oil drilling". Muy políticamente incorrecto (aunque en ese entonces a nadie le importaba). Con ella entre mis manos como un tesoro, fui a despertar a mi mamá:

-"
Ma, ¿verdad que sí puedo ponerme mi sudadera roja para la graduación?"
(...suspiro de desesperación materna y 5 segundos de silencio...)
-"
Hija, pero todas tus compañeras seguramente llevaran vestido, ¿no quieres ponerte algo más lindo?"
(inmediatamente)
-"
No, quiero mi sudadera roja por que sí está muy linda, además claro que no todas van a llevar vestido, cada quién va cómo quiera".

Y mi madre, en un momento cumbre de su política educativa liberal, me dejó. Así nomás, me dijo que sí, que de todos modos iba a hacer lo que quisiera y que la que se iba a sentir mal sería yo. La única condición era que me peinara bien (nótese el flequillo) y que llevaríamos un vestido en el coche, por cualquier cosa. Ay, mi mamá.

Obviamente todas las niñas llevaban vestido y obviamente yo me sentí de la mierda. Pero no me importó, de ese tamaño era mi terquedad. Yo había decidido llevar mi sudadera favorita y ni modo. Esa mañana me dieron un diploma de lectora estrella, canté el himno a la escuela (saaan ángel iiiin, youuu are myyy schoool, ¿te acuerdas, mariana?) y tomé refresco de naranja y galletitas. Lo mejor de todo es que, a diferencia de las niñas popis, pude jugar en la tierra por que no tenía ningún vestido que manchar.

21.1.09

plis no

Por motivos muy poco interesantes, en la chamba me ha tocado revisar curriculum (¿curricula? sigo con la duda). No podría explicar claramente por qué, pero desconfío de la gente que pone sus fotos en su cv. ¿Por qué lo hacen? ¿Creen que su linda cara va a hacer que les den la chamba? ¿Así nomás, su belleza nos va a deslumbrar? ¿O al revés: consideran que su fealdad es tan abrumadora que la compasión será la que nos guíe?

shhh

(yo también)

19.1.09

how can we know the dancer from the dance?

ayer, mientras salíamos de ver "the curious case of benjamin button", hermanos abad y yo reflexionábamos sobre lo horrible que fue para daisy perder la capacidad de bailar profesionalemente (o para burke la destreza de su mano derecha o para nash su claridad de pensamiento). y es que para ellos -comentamos- dichas pérdidas no sólo significaron una pequeña tragedia personal, sino la muerte de aquello que los definía, que los hacía ser quienes eran.

¿cuál sería el equivalente para mí? ¿qué causaría en mi vida ese mismo efecto? lo pensé durante horas. fuimos a comprar comida, rebanamos pan con orégano, rábanos, mandarinas y pastel, tomamos café, jugamos pingpong, llegó la noche y yo seguía pensando en eso. en principio, no encontré nada meramente físico: podría perder una pierna, un ojo, el dedo pulgar de mi mano izquierda o la puntita de la nariz y todo lo que me define seguría intacto: seguría siendo yo. no digo que no sería espantoso que eso me pasara, claramente lo sería, pero seguiría siendo yo.

esta conclusión me dejó, por un lado, aliviada y, por el otro, con una amarga sensación de mediocridad. no soy bailarina profesional (ni amateur, para el caso), ni deportista de alto rendimiento, ni cirujana. mi pensamiento científico no va a cambiar el rumbo de la historia. seguramente no ganaré un nobel en esta encarnación. mi inteligencia en más bien mediana, mis habilidades culinarias insignificantes y nadie extrañaría mi destreza en el macramé. mi cantar no es afinado y mi coordinación motriz es comparable con la de una de las sillas en las que me siento a tomar el sol en el jardín. necesito urgentemente empezar a adquirir alguna destreza física relevante (que no sea tocar mi nariz con mi lengua, la cual ya tengo absolutamente dominada).

17.1.09

Del año de la canica 3

Esa era mi casa amarilla de conejos, en la cual me encerraba a jugar con mi gato Alberto y, muy probablemente, a comer cuanto dulce se cruzara en mi camino. La mesita en la que estoy sentada me la compró mi mamá en el bazar de sábado. La tuve durante años, hasta que un día decidí hacer una venta de garage y le dejé ir por 20 pesos. El muñeco que traigo en las manos tenía una gran cabeza, pero a mí me gustaba mucho. No me acuerdo cómo se llamaba, pero no importa. La lámapara amarilla que está sobre la mesa era buenísima, de esas que daban muchísima luz y que se calentaban peligrosamente. El jueguito azul que está junto a la lámpara era de esos de pescar, ¿se acuerdan? Los pecesitos abrían sus bocas, dentro de las cuales había un imán. Y la diversión estaba en intentar atrapar al animal juntando dicho imán con el que venía como anzuelo en el palo de color. Largas horas de entretenimiento. Abajo del juego se alcanzan a ver una bola de papeles, seguramente dibujos o libros de cuentos o mis primeras letras. Papeles como los que me rodean hasta hoy, asfixiándome algunas veces, salvándome muchas otras. La mayoría.

16.1.09

5:39 en la oficina

me gustan mucho muchísimo las lunetas ricolino.
están más ricas que los mms yyy traen dibujadas letritas para formar palabras con ellas.

15.1.09

yo quiero mucho a mis amigos del mundo real,

pero a veces me topo con blogs de gente que así, por lo que escribe, me cae re bien y de la cual quiero ser amiga y salir a comer helado de menta o a platicar de alguna tontería de esas de las que generalmente platico yo.

hablando de canarios, ¿han ido alguna vez a "centro insurgentes"? como su nombre bien lo indica, es un centro comercial que está justo al lado del teatro insurgentes. ayer c y yo fuimos a ver el buen banario y, para matar tiempo antes de función, decidimos dar la vuelta en ese horrendo lugar. en serio: es un agujero oscuro de tristeza y maldad. no sé exactamente qué es lo que lo hace tan terrible, pero sí sé que uno entra ahí e inmediatamente se deprime. por favor, si han ido, díganme que no estoy loca.

lo bueno es que, entre una sincronizada del sanborns y un café, el tiempo pasa rápido. la obra me gustó, lo único malo fue el tipo de junto, que se la pasó hablando por el celular. me chocan esas personas que quieren que todo el lugar se entere de su conversación, que no es ni tantito interesante. qué disgusto!

14.1.09

uno intenta ahogarlo, pero el ego siempre sale a flote

- quiero tener muchos seguidores en mi lista de seguidores.
- en facebook sólo subo fotos donde me veo bien (aunque me dan risa algunas en donde no).

De dulce, chile y manteca

Tengo 7 hermanos: con uno comparto papá y mamá, con otro solamente mamá, a tres de ellos me une la sangre paterna. De estos tres últimos sólo conozco a dos, aunque encuentro al tercero en mis pensamientos con relativa frecuencia. Con dos de mis hermanas no tengo sangre en común, pero sí infancia y regaños y costumbres, en fin, lazos de otro tipo. No creo que las familias "tradicionales" sean las únicas que deban ser tomadas en cuenta, por que he visto -en mi casa y muchas otras- que no se necesita formar parte de esta categoría para educar personas capaces, buenas, felices (qué intensidad la mía, pero es que ya me chocó estar escuchando a quienes sostienen lo contrario).

13.1.09

querida lonchera

de niña me encantaba la hora del lonch. en sus intentos por hacerme una niña flaca/sana/feliz, mi madre se empeñaba en ponerme algo saludable y equilibrado. el plato fuerte era alguno de los siguientes:
- un sandwich de jamón y queso.
- un sandwich de huevo (sí, me gusta el sandwich de huevo, ¿y?).
- un sandwich de mermelada y crema de cacahuate.
- un toper con salchichitas con maggi y limón.
- un toper con rollitos de jamón rellenos de mayonesa.

luego estaba la parte vitamínica, que consistía en:
- una fruta (generalmente manzana, pera, naranja en gajos o algo así fácil de comer) o
- un toper con verdura (jícama, pepino, alfalfa).

y por último estaba el pecado lonchístico, que cumplía la importante función de evitar que cayera en la tentación y me comprara algo en la tiendita:
- un bubulubu.
- un carlos quinto azul marino.
- un par de galletas maría.
- una leche de chocolate.

pero no. yo definitivamente no quería ese lonch tan aburrido, entonces regalaba o tiraba las partes saludables, me comía el pecado, me tomaba el agua del termo -que invariablemente estaba roto- y compraba papas y paletas heladas de vainilla en la tiendita. una vez, por andar abandonando mi lonchera en los arbustos, una niña se la robó. yo obvio pensé que la había perdido y fui al tambo de las cosas perdidas, pero nada que la encontré.

lloré un poco (me gustaba mucho, era amarilla con forma de camión), pero mi mamá me consoló y me compró una de kero kero keroppi y me resigné. cuál fue mi sorpresa cuando, después de unos días, descubrí mi amada lonchera en manos de una niña de quinto! y, tan grande era su vileza, que le había escrito su nombre con pulmón indeleble, encima del mío! así que me armé de un valor que hasta ese momento no sabía que podía tener y fui a la oficina de la directora a acusar a la bandida.

-"miss, ¿ves que perdí mi lonchera de camión la semana pasada?".
- "sí, isabel, ¿ya la encontraste?"
- "no, miss, pero es de que ahorita en el patio vi que me la robaron".
-"¿cómo? ¿no la perdiste la semana pasada?"
-"sí, miss, pero es de que una niña tiene una igual que antes no tenía".
- "bueno, tal vez la acaba de comprar".
- "¡no, miss! es la mía, pero la ladrona le escribió su nombre encima del mío con plumón".
- "¿estás segura, isabel? lo que estás diciendo es muy grave. si descubro que no es cierto te voy a castigar".
- "sí, sí, miss, yo ya vi y sí es mía y ella se la robó".
- "está bien, vamos a ver. péinate, isabel".

total que fuimos a checar la lonchera de la niña en cuestión (que obviamente era flaca y popular y tenía un peinado perfecto), que negó todo. dijo que claro que no, quesque ella no llevaba lonchera por que su mamá era tan buena que le daba dinero y permiso para comprar lo que quisiera en la tiendita. y me quedé ahí, regañada, muerta de envidia, ardida, despeinada y sin mi lonchera amarilla de camión.

11.1.09

all you need

el placer de estar triste

después de que varias personas me hablaron bien de ella, finalmente ayer vi lake tahoe. temporada de patos me gustó más, pero, definitivamente, me gustaría conocer fernando eimbcke y descubrir qué lo lleva a hacer películas tan pinche tristes :o(

3.1.09

ya mero

esta temporada de navidad / año nuevo, entre muchas otras cosas:

- comi todo tipo de galletas, pasteles, quesos, helados, pizzas, gringou-dulces, panes, pastas, alcoholes, chocolates y un largo, larguísimo etcetera.
- engorde el par de kilos acostumbrados y me propuse empezar a bajarlos el 4 de enero (lo bueno es que casi ni me gusta la rosca).
- jugué la ronda de golfito mas frío de la historia del golfito (fotos pronto).
- el guitar hero hizo que me doliera la mano izquierda.
- vi nevar.
- me di cuenta de que cada vez me da mas flojera firulear en tiendas.
- lo extrañé.
- la extrañé.
- encontré las tazas de té con motivos sushisticos que tanto había estado buscando.
- le pegué a una piñata con una peluca setentera.
- confirmé que la gente se pone -okok, nos ponemos- intensa y sentimental en esta epoca y que lo mejor es, relajadamente, ver a quien genuinamente quiere uno ver, regalarle cosas a quien realmente quiere uno regalarle cosas y no complicarse demasiado.
- me acorde de que nada en la tele me hace reir tanto como "curb your enthusiasm".
-recibi mas regalos de los que merecía (por ejemplo mi largamente esperado hornito eléctrico para hacer pan campesino en la mañana).

total que ya llegaron al super los kisses de san valentín, asi que, con algo de suerte, los duendesfabricajuguetes de santo clos estaran guardados en sus casitas durante un año. qué bueno.

comensales

gepda

gepda
adopta, no compres!