30.4.09

the fluffy virus

llévate a achufy, la mascota oficial de la influenza porcina. recuerda para siempre esta terrible pandemia que causó pánico, histeria colectiva y cientos de muertes en el país. achufy tose, saca moco, se cansa y hasta le da fiebre. disponible en azul cielo y rosa mexicano (tapabocas incluído).

28.4.09

Rincones favoritos 4: las naranjas

Cuando recién me mudé a la casita del jardín, sentía que nunca me volvería a sentir en casa otra vez. Tenía la conciencia -dolorosa como pocas veces- de que me tocaba construir algo a lo que pudiera llamarle hogar, un espacio en el cual despertar por las mañanas con una sensación de familiaridad en la garganta, no con la traquea hecha bolas de quién despierta en un lugar que le es ajeno.

Este frutero colgante me ayudó (y escribir la palabra frutero es raro, porque ella no lo tenía con fruta, si no con huevos y cebollas), siempre lleno de plátanos, manzanas, naranjas, peras y mangos. A veces hay uvas o higos.

Para ser sincera, mi fruta favorita es la naranja. Me cuesta trabajo aceptarlo, porque me parece que es aburrida y sin mucho chiste. Sería más interesante, -¿a poco no?- que mi fruta favorita fuera el plátano dominico, el lichi o el guaraná. Pero no, es la naranja. Su forma no es interesante como la de la carambola o el mango. No tiene la dulzura de un trozo de sandía, ni es tan versátil como el higo. No hay que comer una al día para mantener la salud (aunque yo sí lo hago, porque tiene mucha vitamina c, fibra y hasta una canción).

21.4.09

Rincón 3 (en donde arte y realidad se hacen uno)

Compré este poster en algún museo durante el viaje a Europa que hicimos Maite, Grande y yo al terminar la preparatoria. No sé si haya sido la mejor idea, porque tuve que cargarlo por meses en una mochila sucia y apretada. Pero no pude resistirme, el cuadro me encanta y era de tamaño perfecto.

Cuando me mudé, decidí enmarcarlo en plástico y colgarlo en una de las paredes que está pegada a la ventana que da al jardín. A los pocos días una plantita se empezó a meter por el marco de madera de esa ventana, como atravesándolo. Así está hoy: la ramita llegó al cuadro y se instaló en él sin chistar. ¿Cómo no va a ser uno de mis rincones favoritos?

20.4.09

16.4.09

Rincón 2: flores en el agua o palabra no pronunciada

Hoy se cumplen dos años sin ella. Recuerdo con claridad esa mañana, también la mañana de hace un año. En un principio pensé que el dolor iría pesando menos con los años. No es así: lo único que pasa es que se acomoda -como se acomoda un animal herido en su guarida- en la boca del estómago y se queda tranquilo, callado, esperando a que algo sin importancia me haga sentir mal, para aparecer. No es que hoy sea un día peor que los demas, es simplemente que hoy sé que lo peor es lo que viene: los hijos que probablemente tendré sin que ella los conozca, las noches de despertar llorando que me quedan, el ritmo lento al que voy olvidando el olor de su ropa. Olvidar eso es olvidar qué puerta de mi casa tengo que abrir para encontrar mi cuarto, la cocina, el baño. Olvidar las notas de la canción que me define, como esa palabra que a veces tengo en la punta de la lengua y que no consigo pronunciar.

14.4.09

México cotorro: Yucatán

Como tú eres mariposa
y yo tu amigo Turix
cuando tú quieras, preciosa,
yo te rasco tu pirix

¡Bomba!

Yucatán es un gran lugar. Mérida es bonito, hay playas cerca (flamingos incluídos), cenotes increíbles, comida excepcional y ruinas arqueológicas de a montón. Los yucatecos son amables y su acento me encanta. Debo decir que no encontré tantos elementos cotorros como me hubiera imaginado, pero de que hubo, hubo. Se los dejo.
If you need to shave your barb or mostache, visit Valladolid.
En Yucatán, estos dos personajes comparten vestidor.

En Celestún se baila... aaaasí: "pasito tun tun, pasito tun tun".
Para los que no pueden entrar a ver la pirámide del adivino, en Uxmal, el INAH ofrece opciones más económicas, ecológicas y cómodas.
Si quieres comer en Mérida, la mejor opción es "Las very good", duh.

delicias yucatecas

panuchos de pavo
pescado a la leña
poc chuc
sopa de lima
papadzules

8.4.09

Llévese el mejorado

Infinitos los veo, elementales
ejecutores de un antiguo pacto,
multiplicar el mundo como el acto
generativo, insomnes y fatales.
JLB


Quiero darle al espejo un giro de 180 grados, igualar su crueldad de alguna forma, estrellar en él una guayaba maloliente, llenarlo de sangre del traidor más detestable. Lo necesito roto, sucio, desgastado, para que me devuelva una mejor imagen de mí misma.

6.4.09

Rincón 1: jaula vacía

hoy tengo ganas de escribir que me gusta este rincón. tengo ganas de explicar por qué me gusta, de poner en palabras –vicio inútil e insistente- qué es lo que me llama, por las noches, a visitarlo.

este rincón de mi casa huele a templo cerrado hace miles de años. basta subir el único escalón que lo separa del jardín para que el olor entre, es de esos olores insistentes que uno sabe que recordará cuando sea viejo y no pueda hacer más que recordar. el rincón, durante el día, es luminoso, casi alegre. pero por la noches se convierte un la boca de un lobo antiguo y callado.

recientemente colgamos ahí la jaula del canario que murió. pudimos haberla tirado a la basura o guardado en algún armario. tampoco sacamos el traste de agua ni de comida del pájaro. sí cerramos la puerta. no quitamos el periódico de 2007.

qué triste es la jaula vacía. desoladora. pero me gusta verla. quisiera decir que me trae recuerdos de mañanas con mamá silbando en la cocina y diciéndome “mira, hija, que lindo canta el pajarito”, confesar que, en el fondo, la colgué ahí por si un día tengo otro un canario, y con él vuelven los días de patios llenos de alpiste y risas. ojalá pudiera decir que soy presa de la melancolía, y que me gusta la jaula por lo mismo que me gustan las estaciones de tren, las despedidas y sus pañuelos mojados.

pero no. la verdad es que el gusto tiene que ver con el olor penetrante a humedad y a los líquidos de limpieza que guardo ahí. adoro lo blanco de las paredes, el sonido del granizo sobre el techo de vidrio, la cadena de la cual colgará la jaula hasta el final de los tiempos (esos tiempos en los que yo seré vieja y no podré hacer más que recordarla).

malditas palabras, que quieren explicar hasta el más absurdo de los sinsentidos: una jaula vacía, de un pájaro muerto hace años, que cuelga del techo sucio y descuidado de la más común y corriente de las casas.

maldita jaula, tan llena de muerte y que tanto me gusta.

comensales

gepda

gepda
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