13.1.09

querida lonchera

de niña me encantaba la hora del lonch. en sus intentos por hacerme una niña flaca/sana/feliz, mi madre se empeñaba en ponerme algo saludable y equilibrado. el plato fuerte era alguno de los siguientes:
- un sandwich de jamón y queso.
- un sandwich de huevo (sí, me gusta el sandwich de huevo, ¿y?).
- un sandwich de mermelada y crema de cacahuate.
- un toper con salchichitas con maggi y limón.
- un toper con rollitos de jamón rellenos de mayonesa.

luego estaba la parte vitamínica, que consistía en:
- una fruta (generalmente manzana, pera, naranja en gajos o algo así fácil de comer) o
- un toper con verdura (jícama, pepino, alfalfa).

y por último estaba el pecado lonchístico, que cumplía la importante función de evitar que cayera en la tentación y me comprara algo en la tiendita:
- un bubulubu.
- un carlos quinto azul marino.
- un par de galletas maría.
- una leche de chocolate.

pero no. yo definitivamente no quería ese lonch tan aburrido, entonces regalaba o tiraba las partes saludables, me comía el pecado, me tomaba el agua del termo -que invariablemente estaba roto- y compraba papas y paletas heladas de vainilla en la tiendita. una vez, por andar abandonando mi lonchera en los arbustos, una niña se la robó. yo obvio pensé que la había perdido y fui al tambo de las cosas perdidas, pero nada que la encontré.

lloré un poco (me gustaba mucho, era amarilla con forma de camión), pero mi mamá me consoló y me compró una de kero kero keroppi y me resigné. cuál fue mi sorpresa cuando, después de unos días, descubrí mi amada lonchera en manos de una niña de quinto! y, tan grande era su vileza, que le había escrito su nombre con pulmón indeleble, encima del mío! así que me armé de un valor que hasta ese momento no sabía que podía tener y fui a la oficina de la directora a acusar a la bandida.

-"miss, ¿ves que perdí mi lonchera de camión la semana pasada?".
- "sí, isabel, ¿ya la encontraste?"
- "no, miss, pero es de que ahorita en el patio vi que me la robaron".
-"¿cómo? ¿no la perdiste la semana pasada?"
-"sí, miss, pero es de que una niña tiene una igual que antes no tenía".
- "bueno, tal vez la acaba de comprar".
- "¡no, miss! es la mía, pero la ladrona le escribió su nombre encima del mío con plumón".
- "¿estás segura, isabel? lo que estás diciendo es muy grave. si descubro que no es cierto te voy a castigar".
- "sí, sí, miss, yo ya vi y sí es mía y ella se la robó".
- "está bien, vamos a ver. péinate, isabel".

total que fuimos a checar la lonchera de la niña en cuestión (que obviamente era flaca y popular y tenía un peinado perfecto), que negó todo. dijo que claro que no, quesque ella no llevaba lonchera por que su mamá era tan buena que le daba dinero y permiso para comprar lo que quisiera en la tiendita. y me quedé ahí, regañada, muerta de envidia, ardida, despeinada y sin mi lonchera amarilla de camión.

7 comentarios:

Yola dijo...

No te preocupes, la modelo bien peinada de quinto de primaria ha de estar sumida en un infeliz matrimonio en donde lo único que la consuela es recordar la infancia perdida, donde su cabello perfecto era su pase al paraíso. Ahora, cada dia llega de dejar a sus niños (que son unos extraños) en su camionetota y se sume en la obviedad, voltea a ver tu lonchera de autobús amarillo, deseando subirse en ella para que la transporte al patio de primaria, donde era felíz y robaba loncheras antes de que le robaran la personalidad.

Ficky dijo...

¡Niña de quinto malvada! Cuando yo iba en la primaria mi mamá mandaba a grabar mis tijeras para que no me las fueran a robar o perder. No funcionó. Años después una maestra nos contó el secreto para tener siempre tijeras: comprar lija en la tlapalería y borrarles el nombre a otras que "te encuentres".... :S.

¿Qué se puede esperar de los niños cuando los adultos dan esos consejos o cuando aceptan que su hija llegue con una lonchera que no es suya a la casa?

Espero que tengas un gran año Isa! :)

Ysusi dijo...

Lo mejor de todo fue que te hicieran peinarte antes de emprender la busqueda. Jajaja.

Y donde oculto la ninia esa la lonchera al momento de buscarla? Seguro si lo inventaste. No me sorprenderia... Aparecio otro dia de nuevo?

Meryone dijo...

a mí también me gusta el sandwich de huevo

pero no tenía lonchera, tenía una bolsa de tela que me había hecho mi abuela (tuve muchas y ahora no sé dónde están) donde llevaba un bocadillo y una fruta. invariablemente

a mí también me gustó tu espacio

y quiero una lonchera (y llamarle así) amarilla y con forma de camión!

estar siempre despeinada está mucho mejor que tener el pelo perfecto. dónde va a parar!!??

un beso

Patricio dijo...

Y 13 años después sigues despeinada. Muy mal,jaja.

Coppelia dijo...

Yo soy de las que cree que los sándwiches y las tortas de huevo rifan durísimo. Hace años que me muero del antojo de prepararme una torta de huevo y dejarla remojar, para comérmela igualito que en la primaria, nomás que sin servilleta pegada :)

De chavita era tan, pero tan, pero tan, que seguí usando lonchera hasta la secundaria. En una de esas, mis compañeros de la secu (que, por supuesto, me querían hacer madurar a base de burlas y golpes y esas cosas) se robaron mi lonchera... y acabó apareciendo entre las cosas perdidas del kinder. Nunca más la usé. Ya después sólo me abrían la mochila y se robaban mis lonches... (suena todo triste, chale, ¡¡¡violines de fondo para mí!!!)

Ay, y tus lonches se me antojaron todos, ricos, ricos, ricos :)

Anónimo dijo...

A mi me pasó lo mismo con una sudadera azul que me gustaba mucho y tampoco tuve éxito recuperándola. Es una lástima que la primera lección que les enseñan en el gremio de ladrones es que tienen que negar todo hasta el fin y que contarán con el respaldo de agremiados mayores. O bueno, según me han dicho.

comensales

gepda

gepda
adopta, no compres!