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- hijos, cuando suene el himno nacional se ponen de pie y no hablan.
- pero papá... es queeee... es que se me va a enfriar mi pozolito, papá.
- hija mía, no seas irrespetuosa. tu &?!$% pozole resulta irrelevante al lado de la grandeza de la patria.
y ahí estábamos en filita todos mis hermanos y yo, entre asustados y orgullosos. y es que sí se siente rebonito ver el grito. el presidente y su familia todos trajeaditos y elegantes. entiendo que, por más luces que pusieran en el zócalo, muchas cosas en el país estaban mal, pero igual se me ponía la piel chinita. me enseñaron a que me gustara y lo lograron (hasta que fox le puso de su coshecha y gritó por la democracia y quién sabe qué otras nimiedades).
hace varios años que ya no hacemos esos festejos. será que mis hermanos empezaron a pedir permiso para ir a otros lugares con sus amigotes a emborracharse, o que fox empezó con sus foxadas, quién sabe. lo cierto es que cuando yo sea grande y tenga un esposo y unos hijitos, cada 16 de septiembre les voy a preparar pozole y agua de jamaica y voy a hacer mi mejor intento para que entiendan por qué es importante quedarse callados y bien paraditos cuando suene el himno nacional.
1 comentario:
yeahhh sobredosis de pozole! y tostaducas con crema!
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