30.9.09

the more i see of man, the more i like dogs / dieciocho

no sé los nombres de éstos, pero tienen cara de octavio y samuel.
(saqué la foto de aquí)

diario sin fechas de iz, xxvi


hoy es santo de las mujeres llamadas esperanza.

dice en el radio lopez dóriga: "un saludo a todas las esperanzas de méxico". y yo, en el filo delgadísimo de su ausencia, no puedo evitar jugar con la idea de que hay algo de intención poética en su frase.

26.9.09

el paraíso siempre está perdido

hubo una época en que me encantaba la playa. pasaba horas en la alberca, horas en el mar, horas en la arena. luego vinieron cosas, no sé exactamente cuáles, que me quitaron el gusto. eso pasa con todo: algo te llama, empieza a gustarte, te enloquece. luego, después de algunos meses, algunos años, se te olvida. es triste, pero pasa. lo bueno es que siempre hay cosas por venir.

21.9.09

K

ilustración de Krueger, vía colour me in

Hay otro tipo de magia, impenetrable, oscura, detrás de infinitas puertas con infinitas cerraduras de máxima seguridad. También está en la frontera de la que hablas, aquella en la que asesinan obreras y putas y a nadie parece importarle. Hay un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento. Tienes razón: hay un descubrimiento más allá, siempre un paso más allá, siempre inalcanzable.

Hay una colección de tortugas que no has visto en mi buró. Varios de sus libros empolvados, hay el miedo a abrirlos, a lo que tienen que decirme. Dice el yogui que ante el miedo sólo tenemos dos opciones: huír o pelear. Él dice: hay que pelear. Como sabes, hay los consejos del yogui o del psicoanalista.

Hay mis letras cursis en el fondo, minúsculos lagos japoneses, el pabellón de los locos. Sí, hay mucho vino, siempre a punto de terminarse. Puertas con sellos a punto de ser violados. Niñas a punto de dejar de serlo. Pero, sobre todo, hay una ciudad más allá de ésta, debajo de ésta, encima de ésta. Una llena de cementerios, de posibilidades alternas, de fotografías de bisabuelos que no conocimos pero, de alguna manera misteriosa, casi dulce, definieron nuestro destino. Hay higos, berenjenas, fresas con chocolate. Hay veneno para ratas.

Hay este intento de resupuesta para un mensaje que no lo es tanto.

the more i see of man, the more i like dogs / catorce

nicole y yo

19.9.09

a ver,

te lo voy a contar: Él amaba profunda, dolorosamente, a esta mujer. Pero ella amaba a otro, acaso más divertido, menos solemne. Ellos fueron felices para siempre. Él sufrió este amor frustrado, pero, con los años, se convirtió en el mejor escritor -si me permites ponerlo así- latinoamericano de la Historia con H (de hecho, podríamos decir de la historia así, sencillamente). Él no.

15.9.09

diario sin fechas de iz, xxv

Me gustaría estar caminando entre la niebla de las calles de Cuetzalan, probando quesos en el mercado de san juan, comprando babosadas en el callejón de san francisco. Me gustaría que fueran las tres de la tarde y estar comiendo una tlayuda con tasajo en el mercado de Oaxaca, que fueran las cinco y estar sentada en la sorbetería colón frente a una champola de mamey, que fueran las nueve y estar contigo bebiendo en cualquier bar de cualquier ciudad de cualquier país.

Se me antoja ir a ver a los changuitos al lago de Catemaco, una galleta de almendra poblana, la melodía de algún músico callejero en Morelia, un paste de manzana con café de olla, que mi hermano me lleve a comer mariscos a su lugar favorito en La Paz, buscar al pez más colorido a su lado.

Quisiera salir de estas cuatro paredes, recorrer ciudades desconocidas, que se me quite el frío. Escuchar la voz de mi madre, sentir cerca a mis hermanos, reír con mis amigos. El calor de mis perras en mis pies. La respiración corta y tranquila de mis sobrinos, la posibilidad de mis hijos. Pero son las doce y me quedan algunas horas en esta oficina, demasiado vacía en estos días de fiesta. Faltan años para conocer a mis hijos, algunos meses para ver a mis hermanos, algunas horas para reír con mis amigos. La eternidad para volver a escucharla, la eternidad completa, carajo.

The more I see of man, the more I like dogs / doce

Isaac y Conga

14.9.09

Nosotros los normales

Imagen de Marc Gagno

Felices los normales


Felices los normales, esos seres extraños,
los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
los que no han sido calcinados por un amor devorante,
los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
los satisfechos, los gordos, los lindos,
los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
los flautistas acompañados por ratones,
los vendedores y sus compradores,
los caballeros ligeramente sobrehumanos,
los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
los delicados, los sensatos, los finos,
los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.

Felices las aves, el estiércol, las piedras.


Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
que sus padres y más delincuentes que sus hijos
y más devorados por amores calcinantes.

Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.

-Roberto Fernández Retamar

The more I see of man, the more I like dogs / once

______ y Edel

9.9.09

The more I see of man, the more I like dogs / nueve

Maite y Camila

blanco

foto de li hui
cuando te conocí, eras blanco. blanconieve, blancosemen, blancocuentodehadas. blanco como esta tarde que se estira como el más flexible de los atletas. blanco rincón de un blanco bosque encantado. blanco como aquel coche que tenía mi mamá cuando yo era chica, como el perrito que brinca alegremente en casa del vecino, como la piel de mi espalda baja -bajísima- a la que nunca le ha dado el sol. el blanco podía olerse detrás de tu orejas, escucharse en tu voz a través del teléfono, sentirse cuando pasaba la mano por tu pecho.

ahora te vi diferente. sucio, cansado, no sé, diferente. me siento triste: extraño los colores que nunca tuviste.

4.9.09

Meet Guillermo

Escribir sobre él es escribir sobre una parte de mí misma. Lo pienso como pienso en esa imprefección de mi dedo pulgar, en mi gusto por las tortugas o en mi debilidad por las canciones con letra excesivamente triste. Guillermo llegó a mi vida como llegan siempre las personas indispensables: inesperadamente. Al poco tiempo de conocernos, mi mamá enfermó. Estando en el hospital lo llamé un segundo: no te corresponde estar aquí. lo que viene será pesado y no quiero hacerte sufrir conmigo. mejor dejamos todo así y listo, perdóname. me miró como diciéndome estás loca (como lo volvería a hacer tantas veces) y me contestó que se quedaba conmigo. Pensé que se refería a ese momento. Ahora sé que hablaba de la vida entera.

Su temperamento taciturno y azulado me conquistó. Me gusta cómo camina por una calle sin conocer el nombre de la que viene, el ciudado con que escoge los ingredientes que usará para cocinar esa tarde, su modo de avanzar a pasos lentos. A veces se va a un lugar al que sé que no puedo seguirlo: acaso a una cueva interior, húmeda, a la que debe regresar para retomar fuerza. Es entonces cuando escoge evitar ciertas conversaciones, salirse por la tangente de algunas preguntas y esquivar con malas bromas los comentarios incómodos. No enfrenta, esquiva.

A Guillermo me une un cordel delgado y firme, de esos que sostienen pero no estorban. No me imagino qué hubiera sido de mí sin él esos dos años y medio de jeringas y hospitales. Sin sus llegadas a la casa con postres y películas, sin su presencia constante y cálida. Supongo que no lo hubiera logrado. Habría desaparecido como desaparecen los personajes de las novelas de Murakami, como humo, como si me hubiera tragado la tierra. Él me dio calma en medio de la peor tormenta de mi vida, cuidó mis heridas, se quitó la chamarra para dármela más veces de las que puedo recordar. Fue fuerte y tierno, paciente y comprensivo. Terrenal. Y eso es mucho.

The more I see of man, the more I like dogs / siete

Juandomingo y Celine

Ah, ah, bosque mágico, tus problemas se resolverán

la foto es obra de Marnie Weber, vía Colourmein

Si pides un deseo antes de dormir
tal vez al bosque mágico podrás venir

¿se acuerdan de "El Bosque Mágico"? era una caricatura que pasaban en el canal 12, con un doblaje chileno buenísimo. se trataba de un bosque que los niños visitaban como en sueños, por las noches. los capítulos siempre iban así: un chavito que tenía un problema "de niños" (por ejemplo: iba a tener un hermanito) y se acostaba todo triste y ponchado. al poco tiempo, ¿en un sueño?, sus amigos animales del bosque venían a recogerlo para hacerlo pequeño, pequeñito, pequeñísimo y llevarlo a su mundo (que estaba en una puerta chiquita en la cabaña de un señor de largas barbas). el bosque mágico estaba lleno de pasteles con merengue, cantos y bonitas ropas. los animales le daban consejos, lo apapachaban y luego lo regresaban a casa por la mañana con el problema resuelto.

hay días en que, por las noches, se me antoja tener otra vez 5, 7 años y visitar el bosque mientras canto la cancioncita: "ah, ah, bosque mágico".

pd. en la caricatura también había un malo. una zarigüeya, creo. aunque no sé, porque yo era niña, y los niños son sabios y recuerdan sólo las partes buenas (¿o no?).

3.9.09

diario sin fechas de iz, xxiv

qué buen chile en nogada el del cardenal. volvería a recorrer toda la línea naranja del metro y un buen tramo de la azul para llegar a él.

comensales

gepda

gepda
adopta, no compres!