28.11.10

diario sin fechas de iz, xxxvi

es como si el llanto me lavara por dentro. como si fuera un río que empieza quedito en los dedos de los pies. un río delgado y quieto que se va revolviendo al subir por mis piernas. un río estancado en mi estómago, un río agitado. movimiento. eso: el llanto es el caudal de un río imposible de detener.

27.11.10

ventanas nocturnas

entre la computadora, un pluma y un cuaderno,
pasan mis días. un día habrá pasado medio siglo.
vivo en una ciudad extraña y a veces hablo
con extraños sobre asuntos extraños para mí.

escucho música todo el tiempo: drexler, josé james, brassens.
encuentro en ella cuatro elementos: debilidad, poder y dolor.
(el cuarto no tiene nombre)
leo a los poetas vivos y muertos, de ellos aprendo
tenacidad, orgullo, esperanza. intento entender
a los grandes filósofos, pero generalmente solo alcanzo a ver
pequeñas chispas de sus pensamientos inflamados.

me gusta caminar largamente por las calles de brooklyn,
y observar a quienes avanzan siempre
acelerados por la envidia,
por la ira, por el deseo (como yo); jugar a seguir el rastro
de la moneda que pasa
de mano en mano y lenta
imperceptiblemente
va perdiendo su forma circular (el perfil de washington se está borrando!)

a mi lado:
los árboles no expresan más que
su verde, perfecta indiferencia.

arriba:
pájaros negros rodean los edificios esperando
encontrar comida, refugio,
encontrar algo,
los pájaros pacientes como viento de octubre.

abajo:
voy olvidando dolorosamente a qué olía la ropa de mi madre.

es cierto, ya no soy tan joven (pero siempre hay alguien más viejo.
yo todavía tengo la sonrisa de alonso al despertar).

me gusta el sueño profundo, dejar de existir en ese sueño,
los viajes en bicicleta por la calles desiertas
en las que álamos y ladrillos
se disuelven: mantequilla en el verano.

a veces me hablan los habitantes de pinturas que veo en museos
-la señoras de los cuadros de hopper, por ejemplo -
y entonces la toda la tristeza del universo desaparece.

no soy la niña a la que seguía el sol
despeinado y dulce de alfonso reyes.
más bien soy la niña de la tierra, de la menta,
de los pies descalzos
y ninguna supercarretera hacia el paraíso
hasta ahora
se ha cruzado con los abandonados senderos de la vida que me pertenece.

10.11.10

líneas sobre el matrimonio

no están tus sienes reposando
en la almohada en la habitación de al lado
ni estás imposiblemente distante. no estás aquí.

"bovary me aburre,
bovary me irrita, la vulgaridad
del tipo me llena
de náuseas".

tal vez saliste a caminar
o al súper por algo
para la cena.
no sé dónde
estás. no es medio día
ni media noche ni tampoco
está amaneciendo.
son más o menos las tres
-creo- la hora sobre la cual sartre
dijo que es siempre demasiado
temprano o demasiado tarde
para cualquier cosa
que quieras hacer.
flaubert odia a sus personajes
no por lo que hacen o
por lo que son, sino
porque no hacen nada ni
son nadie (es decir,
son como nosotros).
podrías estar en la luna o
vomitando la borrachera en
la parada del camión. pero
lo más probable es
que no sea así. ema
compró un mapa de parís
para coordinar
su tedio. pero nosotros
vivimos en una ciudad, no
en un mapa. el matrimonio
no puede ser una historia de amor
o una historia de odio porque
no es una historia. "madame bovary,
c'est moi", a diferencia de
"l'état, c'est moi", es
un diagnóstico, no
un alarde, y la enfermedad
se llama mezquindad,
mediocridad. se llama
la vida misma,
y mientras tú estés
a mi lado no quisiera
dejar de padecerla.

(siempre demasiado temprano o
demasiado tarde, pero siempre.)

8.11.10

tres perros niuyorkinos

perrito jipi descansando en una banca de central park:
perrito ayudante de pintor:
perrito en el metro:

6.11.10

la libertad para billy strayhorn

ayer escuché que cuando duke ellington recibió la medalla de la libertad aprovechó para hablar de su amigo billy strayhorn, que acababa de morir. para él éstas eran las cuatro libertades más importantes:

ser libres del odio,
ser libres de autocompasión,
ser libres del miedo que lleva la posibilidad de hacer algo que ayude más a otros que a uno mismo y
ser libres del tipo de orgullo que hace a un hombre pensar que es mejor que su hermano.

un par de ésas se me habían olvidado, me gustó recordarlas.

comensales

gepda

gepda
adopta, no compres!