30.9.08

cactaceae

me encantan los cactus, me parecen plantas divertidas. les presento los míos (y de paso a mis pantuflas favoritísimas de la vida). la de hasta le derecha busca nombre, porque tenía uno pero ya se me olvidó. se aceptan sugerencias.

29.9.08

chulada

yo sé que no pueden esperar más. he sido tremendamente injusta y cruel al reservar esta foto para el disfrute de mi ser durante algunos días: el celebérrimo niño dentro de un huevo, típicamente poblano.

27.9.08

M.C.

todavía no bajo las fotos, pero debo decir que puebla es altamente cotorra.
próximamente: la célebre foto de un niño dentro de un huevo.

verde Perico

yo tengo un hermano ambientalista. es padrísimo: sabe datos increíbles sobre animales y las frutas (como que el coco no es fruta, es nuez). una vez me puso una regadera ahorradora de agua y hasta me regaló una libretita hecha con popó de elefante.

25.9.08

A night for one´s own

"No creo en nada. No espero nada. Soy libre."
-Antonio Tabucchi

Esta noche fue para mí. Después de mi ponencia tenía varias opciones. Una de ellas era irme de fiesta con algunos amigos no tan cercanos que vinieron al Congreso, otra era pegarme a una cena que había con algunos profesores. Pero preferí caminar por ahí y perderme por las calles de esta ciudad que tanto me gusta.

Además, se me antojaba conocer el restaurante del Hotel Boutique "La Casona de la China Poblana", y el hecho de estar sola no tenía por qué impedírmelo. Así que después de la última conferencia del día me fui a una tienda de dulces que están frente a Catedral a comprar una galletita de de almendra (ya descubrí su nombre oficial: tortitas de santa clara). La comí despacio, disfrutándola como hace mucho no lo hacía.

Caminé como una hora, y en cuanto me cansé me puse a buscar el restaurante. L
levaba varios años sin salir a comer o a cenar sola. Y no puedo negar que, al principio, resultó un poco extraño: el mesero no pudo evitar sorprenderse cuando le pedí mesa para uno. Rápidamente me trajo la carta, ante la cual no tardé mucho en decidirme: una sopa poblana (de elote, queso, rajas y hongos), una entrada de atún preparado de tres modos distintos y una copa de vino. De postre un "crocante de baileys" con helado de vainilla.

Paradójicamente, lo mejor de la caminata y cena a solas fue la compañía. Me encantó tener esas horas para mí. No tener que consultar con alguien qué hacer, ni esforzarme en buscar temas de conversación. Alzar la voz en silencio.
Saborear mi comida sin interrupciones. Sonreir hacia adentro y sin mover los labios. Disfrutarme.

Pd. En cierta medida, he mentido. No estuve sola. Me acompañó mi madre, que platicó conmigo a través del libro que estoy leyendo, que era suyo: "Se está haciendo cada vez más tarde", de Antonio Tabucchi. Y es que leer algo previamente subrayado o comentado por ella es como estar juntas. Es estar juntas: ver lo que pensó en ese momento, y compararlo con lo que pienso yo. Es saber cómo la hizo sentir una frase, una palabra, y descubrir que ésta tuvo el mismo efecto en mí. Es compartir el vino con ella, la risa, el pan, la melancolía. Es sentirme extrañamente acompañada por la persona más cercana a mí, de la que ahora me separa la muerte. Es saber que esa muerte no es suficiente para separarnos, y suspirar con alivio mientras camino lenta, tranquilamente de regreso al hotel.

18.9.08

Santo queretano

El único, el famoso, el original Santo de los chamacos ñoños que sueñan con ser grandes licenciados. Señoraseñor, si quiere que su pequeño triunfe en la vida ya sabe a quién encomendárselo.

Mi caleidoscopio nuevo rockea

15.9.08

pásele, pásele

estimados visitantes:

por medio de la presente me siento honrada de invitarlos a la inauguración oficial de mi nueva agencia de viajes: viajes aiaia.

sin más por el momento,
iz

pozole y agua de jamaica

desde que tengo memoria, el 16 de septiembre ha sido un día importante para mi familia paterna. cuando éramos chiquitos, mi papá hacía una pachanga de aquellas con antojitos mexicanos, pozole y espantasuegras tricolor. el ingrediente principal era la solemnidad. cuando el presidente en turno empezaba a caminar hacia el balcón, mi padre nos llamaba a la salita donde está la tele:

- hijos, cuando suene el himno nacional se ponen de pie y no hablan.
- pero papá... es queeee... es que se me va a enfriar mi pozolito, papá.
- hija mía, no seas irrespetuosa. tu
&?!$% pozole resulta irrelevante al lado de la grandeza de la patria.

y ahí estábamos en filita todos mis hermanos y yo, entre asustados y orgullosos. y es que sí se siente rebonito ver el grito. el presidente y su familia todos trajeaditos y elegantes. entiendo que, por más luces que pusieran en el zócalo, muchas cosas en el país estaban mal, pero igual se me ponía la piel chinita. me enseñaron a que me gustara y lo lograron (hasta que fox le puso de su coshecha y gritó por la democracia y quién sabe qué otras nimiedades).

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hace varios años que ya no hacemos esos festejos. será que mis hermanos empezaron a pedir permiso para ir a otros lugares con sus amigotes a emborracharse, o que fox empezó con sus foxadas, quién sabe. lo cierto es que cuando yo sea grande y tenga un esposo y unos hijitos, cada 16 de septiembre les voy a preparar pozole y agua de jamaica y voy a hacer mi mejor intento para que entiendan por qué es importante quedarse callados y bien paraditos cuando suene el himno nacional.

Secreto de la semana

11.9.08

Jueves de recomendaciones

Un consejo: Échenle un ojo a este blog de fotos. Una buena amiga lo acaba de abrir y está rebueno. Otro consejo: Nunca intenten esta mezcla de color en las lavadoras de su casa.

7.9.08

Recomendación express antes de dormir

Si les gustan las películas de sustos, vean rec.

Good old times, good new times...

Pocos momentos tan felices en la vida como el reencuentro con un viejo amigo y la manera en que los meses de distancia de pronto se vuelven nada, o como celebrar el inicio de una nueva etapa con la mejor de las amigas. Definitivamente, este fue un muy buen fin de semana.

4.9.08

amuleto

Para Auxilio Lacouture, cuando uno está feliz o presiente que la felicidad está cerca, se mira en los espejos sin ninguna reserva. Es más, cuando uno está feliz o se siente predestinada a la experiencia de la felicidad, tiende a bajar las defensas y a aceptar los espejos.

Hay días en que me siento predestinada a la experiencia de felicidad. Supongo que a todos nos pasa, porque la vida es justamente eso: el tránsito -a veces repentino- entre un estado de ánimo y otro. Para mí, la vida se esconde, mejor dicho se muestra, en el punto entre el baño y el desayuno en el que me miro al espejo y me descubro en el reflejo, en el ángulo que mi brazo busca al dormir o en el último bocado de pan con miel de mi desayuno, que siempre es el que más disfruto.

comensales

gepda

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