Lo
que la arena dice al mar tal vez sea:
no
te serenes nunca. Tu belleza
es
tu absoluto desconsuelo.
Si
encontraras sosiego perderías
tu
condición de mar.
Si
te calmas
dejará
de fluir el tiempo.
José Emilio Pacheco
i
Me gusta pensar en cómo los colores van desapareciendo en las profunidades marinas. Primero se va el rojo, el amarillo, el verde. Al final queda el azul acompañando a los tonos de marrón y gris. Si uno desciende lo suficiente y toma un pez negro de lo más hondo, al regresar a la superficie podría descubrir que es, en realidad, anaranjado. En el fondo – realmente el fondo – del mar, los humanos veríamos en blanco y negro.
Me gusta pensar en cómo los colores van desapareciendo en las profunidades marinas. Primero se va el rojo, el amarillo, el verde. Al final queda el azul acompañando a los tonos de marrón y gris. Si uno desciende lo suficiente y toma un pez negro de lo más hondo, al regresar a la superficie podría descubrir que es, en realidad, anaranjado. En el fondo – realmente el fondo – del mar, los humanos veríamos en blanco y negro.
ii
La narcosis de nitrógeno es una alteración
del estado de conciencia que le ocurre a veces a los buzos. Produce un efecto
similar a la intoxicación alcohólica equivalente a un martini cada 10 metros. Bucear
bajo los efectos de la narcosis de nitrógeno es riesgoso, porque se pierde la
capacidad de reconocer una situación peligrosa. Los motivos exactos por lo que
alguien sufre los efectos de la narcosis se desconocen.
iii
Arriba el cielo, las toallas que metimos en la
bolsa, la lancha que nos trajo hasta este punto. Arriba el mundo que conozco,
el de las pantallas de cine, los jardines y las oficinas. El traje es incómodo
y el peso del tanque no me deja moverme sobre la lancha. El visor aprieta en la
frente y jala el pelo.
Pero sumergirse libera y aligera.
iv
La estructura del arrecife me hace olvidar
el paso del tiempo. Sólo escucho el ritmo de mi respiración y el ancho sonido
de este otro mundo transparente y denso. Los peces me rodean y nadan suavemente
junto a mí, mostrándome la danza del universo. Aquí abajo flotan el equilibrio
y la belleza, y mi cuerpo suspendido flota también hermosamente.
v
Dentro del agua soy un paisaje de remolinos
que empiezan una madrugada de abril de 1984 y terminan veintitrés años después.
Luego vuelven a empezar y a terminar y a empezar y a terminar hasta que todo se
revuelve y ruge y se levanta como una ola furiosa que destruye el puerto.