lo cursi es la elocuencia que se gasta.
no te preocupes
si sonreímos con tus versos dolientes
y nos sentimos hoy por hoy superiores
tarde o temprano
vamos a hacerte compañía
- j.e. pacheco
cuánto lo amo, qué hermoso es
digo en voz alta en el cuarto vacío. nunca pensé que volvería a enamorarme como niña de secundaria, no tan pronto.
será ridículo que le compre flores?
claro: es una invasión a su privacidad estar escribiendo todo el tiempo poemas para él. sobre él.
pero, qué puede uno decirle a la persona que ama? cosas como: te veías guapísimo la otra noche con tu camisa nueva. y él sonríe con esa sonrisa fugaz que tiene y me contesta: esa camisa me va bien, no?
sí
y me acerco a besarlo
y entonces el mundo se enciende como la estrella de lumbre que dicen que un día fue.
igual que cualquier amante que haya tomado una pluma yo quiero describirlo, describir sus cejas que empiezan con determinación encima de su nariz y luego se desvanecen delicadamente en los extremos de su frente. la cicatriz que tiene en el parpado, pequeña, rosada como fruta de invierno. su labio inferior carnoso. el exceso que le da forma a la pera.
griego (antes de que se refinaran)
pero, si yo soy esa amante, por qué no puedo recordar el color de sus ojos? conozco sus movimientos: cómo parpadea musicalmente cuando despierta (el amor está lleno de clichés), la manera en que me mira después de la tercera copa de vino, los animalitos lentos y blandos en que se convierten cuando está cansado y las bestias atroces que son, sus garras clavadas en el piso de la habitación, cuando peleamos.
creo que sus ojos son del color de la tierra de aquellos campos españoles que vimos en la última película de almodóvar (amor: todavía tenemos pendiente ese paseo!).
después la curva de su quijada, el cabello que se le empieza a rizar cuando pasa más de un par de meses sin cortárselo (dice que se le olvida, pero yo creo que sabe que me gusta), la piel suave de su espalda, dócil, sus piernas hechas nudo con las mías debajo del edredón, los pelitos de su vientre: pasto de las dunas alrededor del lago dulcísimo de su ombligo.
hay en cada milímetro de universo (y el universo es infinito) un motivo para escribir un poema y yo no puedo dejar de pensar en estas cosas.
quieres ir al muelle a ver cómo pasan los barcos?
tengo que volver a trabajar, pero antes veré el reloj para imaginarme dónde estás.
4 comentarios:
el texto es una variación de un poema hermosísimo de james schuyler, que murió hace ya varios años.
para verlo, clic acá: http://tinyurl.com/28rfovm.
qué bueno que james schuyler se murió y que amy gerstler lo encontró y que lo puso en su libro para que tú pudieras reescribirlo así.
<3
hermoso!
nunca había tenido tantas ganas de enamorarme de alguien como después de leer esto... lo más triste de todo es que me doy cuenta que aún cuando había pensado que me había enamorado hasta la extenuación.. puedo ver q no he querido tanto a persona alguna como esas letras lo describen... algo más q hacer en esta vida... enamorarme
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