30.8.10

dance for me, new york city / i

anoche mi sueño fue una película. al principio estaba en una tienda departamental de nueva york, una tienda gigante y luminosa que no conozco. era navidad. iba sola pero a mi alrededor había muchísima gente, toda comprando, toda caminando con prisa, las manos llenas de bolsas. el rudio, el ruido.

me desesperaba y bajaba a la zona de relojes, que estaba en el primer piso y entonces -esto pasa siempre en los sueños- yo ya no era cliente de la tienda si no la chica que enseñaba los relojes. llegabas tú que no eras tú y me preguntabas "do i know you?" y yo "no, sir, i don´t think so".

sí te conocía (obvio) pero no tenía ganas de hablar contigo. entonces salía apresuradamente y aquí mi sueño se convierte en película: la calle estaba desierta. los coches vacíos, locales vacíos, banquetas vacías. el silencio me lastimaba los oídos. entonces me daba cuenta. (ahora no recuerdo de qué, pero recuerdo la sensación, la caída de una verdad largamente aplazada). caminaba cuadras y cuadras, buscando a alguien, algún sonido, algo que me devolviera a la realidad.

desperté confundida. sé que esa verdad existe y que así como delineó mi sueño muy pronto delineará mi vigilia.

24.8.10

barriga llena, corazón contento / 41 - 50 / nyc

41. en má pêche, uno de los locales hermanos del célebre e impagable momofuku, preparan unos elotitos espectaculares con lardo, cebollín y chile. de todas sus virtudes, la consistencia es una de las principales: cada granito de elote truena en los dientes como palomita. tienen además un leve toque dulce que anula la posibilidad de dejar de comerlos una vez que llegan a la mesa. acompañamiento? nah, sírvamelos como plato fuerte, por favor.

42. el espaguetti al pomodoro me parecía un platillo aburrido hasta que probé el de lupa. la pasta tiene la consistencia perfecta, la salsa la cantidad exacta de jitomate, ajo, cebolla, aceite de olivo. un buen pedazo de pan y una copa de vino al lado y la cena se vuelve redonda.

43. entre los productos que me hacen visitar tantas veces al super está el yogurt griego fage. antes de conocerlo no había probado nada parecido, ningún yogurt tan espeso, con tanto cuerpo. en su página de internet dice que un tal athanassios filipou empezó a hacerlo en 1926 en el garage de su casa. a eso sabe todavía.

44. hay quien afirma que sushi of gari es el mejor sushi de la ciudad. no tengo idea si lo sea, pero sé que sus dumplings de camarón hervidos son los mejores que esta comedora compulsiva de dumplings ha probado. son grandes, esponjosos, salados al punto preciso.

45. la pausa dulce es el mousse de chocolate de bar toto. lo sirven en una cazuelita con un poco de crema fresca encima. la temperatura y consistencia del mousse hacen que casi parezca un helado, el más ligero de ellos. la crema, dulce pero no demasiado, se mezcla con el mousse en la boca y calma el sabor del chocolate.

46. a pocas cuadras del bar toto está el al di la, una trattoria a la altura de las mejores en italia. aquí es difícil tomar la decisión, pero creo que lo mejor que probamos fue la ensalada de calabacitas con aderezo de limón y rebanadas delgadísimas de parmesano. un plato refrescante, veraniego, deliciosamente herbal.

47. pocas cosas disfruto más que un bagel de salmón con queso crema, cebolla morada, alcaparras y unas gotitas de limón y aceite de olivo. por suerte hay miles de lugares donde comerlo en ny, por desgracia encontrar uno preparado con ingredientes de calidad no es fácil. el mejor que he encontrado es el de tal bagels (un negocio pequeño con un par de sucrsales que ni siquiera tiene página de internet).

48. de regreso en brooklyn y siguiendo en la familia de los sandwiches, no podría dejar fuera al panino de prosciutto de press 195. quizá decir los ingredientes sea suficiente: prosciutto di parma, fontina, rebanadas de pera, arúgula tierna y aceite de olivo. todo calientito y dentro de un pan estilo chapata delgado, crujiente. necesitan más? vengan a probarlo.

49. antes de terminar vamos al deli de la esquina por algo de tomar. las opciones son demasiadas y adictivas. mi favorita es la vitamin water, de la familia glaceau, sabor durazno-mango. la llaman "endurance" y el botecito dice que me da la dosis diaria recomendada de vitamina e. a mí me da igual siempre y cuando esté bien frío.

50. del peter luger se ha dicho tanto y tanto tiempo se ha mantenido como el restaurante de carne número uno de ny (24 años, exactamente) que lo que diga se quedará corto. basta con decir que su local original de williamsburg lleva más de 100 años funcionando a lo largo de los cuales miles de personas han afrimado que ahí se come el mejor t-bone, las mejores espinacas a la crema, las mejores papas y, agregaría, la mejor crema fresca para postres del mundo. barato no es, pero vale la pena el ahorro.

* me quedo con muchísimo sin decir y con ganas de probar un millón de cosas más. lo bueno es que tengo todo el tiempo del mundo, o casi :o)

9.8.10

promise

en la orilla de un mundo
distante hermoso
inalcanzable desde esta orilla para mis ojos
está escrito que el exilio es
esperanzadamente verde.

(el río
imposible siempre de cruzar
fluye sin pausa
como fluyen todos
los ríos de agua,
de fuego,
el río que soy).

4.8.10

borrowing a moment 9 : animal me


11 días

mi abuela decía que uno se acostumbra a cualquier cosa. al calor de una ciudad como nueva york, por ejemplo. o al frío. al agua del grifo que sabe a metal, a que los edificios gigantescos te tapen la vista, a la amabilidad o rudeza -ambos inesperados, inmerecidos- de los niuyorkinos, a la prisa que tiene todo mundo en colombus circle, a restaurante tras restaurante tras restaurante, a las tentaciones del whole foods, al grito "snowflake" por las calles de harlem. nueva york no es una ciudad, es un mundo.

será que es muy pronto para extrañar. o quizá demasiado tarde.

comensales

gepda

gepda
adopta, no compres!