lo malo es que pasa sin que nos demos cuenta. el tedio avanza como un desorden de nubes y se apodera de nuestra ropa, bebe nuestro vino, se mete con nosotros en la cama. no hay más: un día despertamos y sabemos que la lucha está perdida y que sólo queda esperar a que el barco se hunda por completo para empezar a juntar nuestros restos.
hace unos días estábamos juntos, me atrevería a decir que felices. ¡hace unos pocos días! en cambio mira cómo me desangro hoy en este cuarto de motel con un cuerpo a mi lado cuyo rostro no reconozco. yo te amaba porque conocía el ángulo exacto de tu nariz y la curvatura de tu espalda. porque tu olor me resultaba familiar y tu voz amable, suave, me arrullaba hasta quedarme dormida. ahora no sé nada de nadie y estoy más sola que nunca por haberte conocido.
carajo: ayer jugábamos a ponerle nombre a nuestros hijos y hoy que amaneció no estaban tus ojos para darle la bienvenida a los míos.
3 comentarios:
Creo que nuestra diferencia es que tu añoras esa cercanía lentamente cultivada.
Yo, voy de crisis en crisis sin poder reconocer la imagen en el espejo. ¿Como puede amarse así?
carajo.
entonces eso que se siente/sintió fue sólo una ilusión?
que cambió... ella?, yo?
o simplemente el aceite no es inagotable, pero la prórroga si es perpetua.
¡Qué bonitas imágenes! El mundo transformándose todo el tiempo, el tedio colándose lentamente, cual humedad, cual viento en noche calma.
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