11. llámenme jipicomeflores, pero coyoacán es un gran lugar para comer. la tarde empieza con una torta de calamar de la barraca valenciana y sigue con un helado de limón de siberia. más tarde se antojan churros rellenos de cajeta, un moooka doble del jarocho, un elote asado con mayonesa y queso. ¿quedó espacio? puede llenarse con una tlayuda de tasajo con chorizo en el mayahuel o con un chicharrón de carrito. y podría seguir al día siguiente.
12. uno no puede pasar por mérida sin probar las champolas de mamey de la dulcería y sorbetería colón. el lugar existe desde hace más de 100 años y me imagino que no ha cambiado demasiado: las mesas son sencillas, pequeñas, el mostrador sin demasiados adornos, la atención rapidísima. qué ganas de pasar la tarde ahí.
13. el taco de cáscara de papa es delicioso pero está olvidado por el mundo. en mi casa se hacían así: las cáscaras se ponían en el sartén con un poco de aceite de olivo. luego se agregaba sal, pimienta y orégano, todo a una tortilla recién hecha con salsa roja y quesito rallado. un gran taco.
14. los rancheritos son las mejores papas para botanear. es buenísimo encontrarlas en una fiesta, meterlas en uno de esos vasos rojos gigantescos y exprimirles un limón encima.
15. qué difícil resistir el antojo de hot cakes. y es que pueden combinarse con tantas cosas! plátano, fresas, nuez, manzana y jamón, tocino, cajeta, miel, nutella, mermelada. cuando están bien hechos, están un poco dorados por fuera (sólo un poco, poquitito) y tiernos por dentro. no deben ser demasiado delgados ni demasiado gordos. junto debe haber un café con leche o un chocolate caliente. ah, y también debe ser domingo.
16. zabars es mi tienda de comida favorita. no hay manera de salir de ahí con las manos vacías, siempre se atraviesa un bagel de cebolla, un queso francés o algunas rebanadas de pastrami. también hay cafeteras, sartenes, ollas, máquinas para hacer helado o yogurt o cualquier cosa.
17. de la carne, el pollo o el pescado, prefiero el último. y de todas las preparaciones posibles, prefiero el pescado a la veracruzana. qué rico se mezcla el jitomate con el orégano, las alcaparras y las aceitunas. para acompañar, el arroz blanco va perfecto (bueno, sí: el arroz blanco va con todo).
18. me encanta sopear. de niña lo hacía todo el tiempo: sopeaba el pan dulce en la leche, la tortilla en la salsita que quedaba del huevo (eso cuenta como sopear?), el bolillo en lo que fuera. la costumbre no ha desaparecido ni lo hará jamás.
19. ésta es fácil: entre todas las virtudes de sanborns -que no son pocas- está la de hacer las mejores tortugas de chocolate de méxico.
20. la segunda parte de esta lista no puede terminarse sin mencionar al vino. sería buenísimo hacer una lista de mis favoritos, pero la verdad es que me da igual. puedo beberlo blanco o tinto, en vaso o copa, en la comida o la cena. que me sirvan un padre kino de 40 pesos o un romanée conti de más de 20mil: basta con que a esté a mi lado para compartirlo.
6 comentarios:
jipicomeflores!
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te sigo en la afición de la tlayuda con tasajo de mayawel. en la boca me gustan más que las archi pero archi famosas de libres de oaxaca (en la boca pero no antes; cuando todavía están en el aire, cuando son puro olor a tizne, las de libres son más ricas);
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¿tortilla recién hecha en tu propia casa? chale: ahí sí me quito el sombrero.
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sopear, claro. ésa está fácil.
(aunque es curioso que en efecto: no todos piensan que meter un pedazo de pan o tortilla en el huevo cuenta como sopear. cuenta.)
a mí me gusta poner un pedacito de chocolate en la cucharita y sopearlo en el café. es que con la mano se me cae. :o(
(me acabo de dar cuenta de que lo anterior no cuenta como sopear. el sopear ha de ser con "pan" o equivalente: tortilla, por ejemplo, o naan o pita o hasta un trozo de polenta, supongo. si ponemos chocolate implicamos que todo lo sólido mojado en un líquido está sopeado y pues creo que entonces se pierde la "definición", que es el efecto de "fijar con claridad, exactitud y precisión la significación de una palabra", no? ni moo. retiro la sopeada de chocolate pero no su delicia.)
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y vino pues qué te digo? nomás que ojalá un día me toque un romanée conti.
Hay una chocolatería en polanco en la que hacen tortugas de chocolate mejores a las de Sanborns. Aunque el precio es astronómico, lo valen...
¿dónde, dónde?
a de alonso?
a de alonso, claro.
a de alfonso!
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