joselita y yo
28.1.10
27.1.10
25.1.10
soon you´ll dance for me, new york city ii
{ foto de iga harasimowicz }
25 enero 2011
mamá:
ha nevado por más de dos semanas. nueva york es una otra ciudad a la que visitaba de niña, tomada de la mano de mi papá. es diferente incluso a como era en verano del año pasado, cuando llegué. a nicole no le gusta la nieve, quiere quedarse siempre en casa. todo se vuelve un reto con este frío: bañarme, ir a clases, las largas caminatas de antes.
acabo de tomar esta foto para que veas lo que veo yo cuando me asomo por la ventana. siempre te gustaron los paisajes nevados. ojalá pudiera tomar una foto de cómo me siento por dentro.
tu isabel
canción de bienvenida
i.
inclínense ante vishnú
el origen verdadero
del movimiento de la tierra.
podrán encontrarlo en el puente
que cruza el interminable camino
entre la vida y la muerte.
ii.
veneremos a shambhu
cuya cabeza acaricia
la luna creciente.
él es la roca
sobre la cual descansan
las mansiones más bellas del universo.
iii.
incluso los dioses le lanzan oraciones
para el cumplimiento de sus caprichos:
reverencias a ganesha,
demoledor de todos los obstáculos.
iv.
homenaje a la suprema luz
que parece siempre distinta.
sus formas y matices son diversos
pero en esencia es la misma:
como el oro de variados ornamentos
o el agua de un lago o del océano.
v.
sea shivá, brahma, alá o cristo
tlaloc, galeru o el rey del roble
los ocho inmortales de los chinos
horus, morfeo, qutzalcóatl.
cualquier ser perfecto y armonioso:
alguno que no sepa del veneno
de la culpa, del orgullo y del deseo.
---
lobezno mío, tu mirada es el pan más dulce que conozco. no sé si existe dios o el cielo pero qué más da: sé que en el destello de tus ojos se esconde la causa última de la creación y la disolución del mundo.
15.1.10
5, 4, 3, 2, 1
ésta es la única foto nuestra que guardé. ¿te acuerdas de ese día? habíamos salido la bailar la noche anterior y estábamos borrachos cuando llegamos a tu casa. era tardísimo pero tú querías seguir tomando y fumando. prendiste la música y alguna cara puse que te desesperó. luego hice algo que te puso de buenas y empezaste a bailar mientras yo te veía desde el silloncito rojo, pensando en cómo hacerle para que se me quitara el frío.
{contigo era así: pasar rapidísimo del júbilo a la rabia y luego alguno de lo dos soltaba una palabra blanda y el otro se acercaba y terminábamos en la cama atravesados, aturdidos, curados}
me gustaba muchísimo tu casa, pero (y esto nunca te lo dije, ¿para qué hacerlo?) siempre tuve la sensación de que sus espacios no me pertenecían. supongo que era porque en tus poemas había demasiadas imágenes de otras mujeres: en mi mente tu cama estaba constantemente ocupada por alguien más, en el baño un cepillo de dientes ajeno, una chamarra desconocida entre tus cosas, tu perro dando vueltas con la llegada de otra.
no sé en qué momento nos quedamos dormidos esa noche. desperté desnuda y con pilón a mis pies. me levanté despacito a buscar la cámara, la puse para que tomara una foto en 5, 4, 3, 2, 1 y regresé a acomodarme junto a ti. quedó linda ¿no? cuánta belleza en un cuarto tan chiquito. algún secreto nos pertenecía, estoy segura. por favor escríbeme si te acuerdas de él.
13.1.10
12.1.10
soñar la tierra
i ::: a los tauro nos gusta la tierra. nos gusta sembrar en ella y sentarnos a esperar la ramita verde que se esconde en las semillas. nos gusta el silencio de la casa, las violetas, el cobre. dicen que somos fieles y serenos, que nuestra perseverancia es la garganta del volcán: desde ahí miramos el valle solitariamente, pidiéndole a algún dios que el fuego no encuentre nunca el valor para asomarse al mundo.
ii ::: en mi sueño hay dos personas cabalgando en caballos altísimos. una de ellas tiene el rostro cubierto con un velo negro, la otra soy yo en un vestido blanco. avanzamos por jardines y bosques luminosos. debería estar fijándome en todo esto, pienso, para grabármelo en la memoria y repetirlo cuando despierte. pero en vez de eso me paso el camino volteando a ver al desconocido que viaja junto a mí e intentando adivinar el rostro detrás del velo.
iii ::: la noche cae sobre nosotros. a mi caballo no le gusta la oscuridad, lo sé porque empieza a saltar enloquecidamente. pierdo el control y caigo de manera violenta. {el rojo se oculta, pero} mi vestido blanco está empapado de algo que no puede ser mas que sangre. a lo lejos se escuchan los gritos de triunfo de no sé qué aldea feroz y sanguinaria.
iv ::: amado, insospechado dios, sólo te pido sólo dos cosas: que amanezca por fin y que pueda extender mis brazos y abrazar el abismo en que me has convertido.
ii ::: en mi sueño hay dos personas cabalgando en caballos altísimos. una de ellas tiene el rostro cubierto con un velo negro, la otra soy yo en un vestido blanco. avanzamos por jardines y bosques luminosos. debería estar fijándome en todo esto, pienso, para grabármelo en la memoria y repetirlo cuando despierte. pero en vez de eso me paso el camino volteando a ver al desconocido que viaja junto a mí e intentando adivinar el rostro detrás del velo.
iii ::: la noche cae sobre nosotros. a mi caballo no le gusta la oscuridad, lo sé porque empieza a saltar enloquecidamente. pierdo el control y caigo de manera violenta. {el rojo se oculta, pero} mi vestido blanco está empapado de algo que no puede ser mas que sangre. a lo lejos se escuchan los gritos de triunfo de no sé qué aldea feroz y sanguinaria.
iv ::: amado, insospechado dios, sólo te pido sólo dos cosas: que amanezca por fin y que pueda extender mis brazos y abrazar el abismo en que me has convertido.
6.1.10
the party is over (oh so over)
ahora mismo puedo verlo afuera si me asomo a la ventana
se sienta y me observa
del otro lado de la niebla y de los ladridos de los perros
hasta que tomo un periódico y lo enrollo
y
como golpeando a una mosca
golpeo el vidrio frágil de la duda.
entonces se puede escuchar su grito en toda la ciudad
/grito absurdo en esta ciudad absurda/
luego se va
y deja el sabor amargo del desconcierto en las encías.
{corazón imposible, necesito que lo sepas:
si un día de verdad se acaba la tinta de mi cuerpo
la única manera de terminar un poema como éste
-el poema enardecido, insensato que es nuestro amor-
sería un silencio abrupto y definitivo}
4.1.10
los diarios marinos v -y final-
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