la semana pasada me dijeron que te casabas. es una lástima: nunca podremos ir al chiandoni por el helado que me prometiste ni por sushi a aquel sitio que estaba por nuestra vieja oficina. no habrá más tardes para que te muestre las imposibles formas de mi caleidoscopio mientras esperamos a que den las cuatro y haya que volver a trabajar. no serás más el niño que eres en este retrato que tanto gusto me dio encontrar en mi mail.
me entristece la noticia de tu boda, pero es cierto que casi todo me entristece. quisiera decirte: felicidades, chocoflan!, y darte por fin ese beso que se me quedó atorado entre los labios.
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