Detrás de cada foto hay una gran historia. Bueno, de algunas. De ésta sí.
Corría en año de 1990: recién había caído el muro de Berlín, la terrible moda de los leggings de colores con largas camisetas estaba pegando con tubo, los tres tenores habían cantado juntos por primera vez en el mundial de futbol, Microsoft se convirtió en la primera compañía en exceder un billón de dólares en ventas, un premio nobel -ese que nunca recibió Borges- fue otorgado a Octavio Paz y yo pasaba triunfalmente de preprimaria a primero de primaria. Oh, sí, empezaban los maravillosos años 90.
La foto en cuestión fue tomada el día de mi "graduación" de preprimaria. G se burló de que le llamara "graduación"... y en realidad no sé si sea válido calificarla como tal, pero ¿de qué otro modo ponerlo? Era una ceremonia, pues, en la que toda la chamaquiza de preprimaria del Instituto San Ángel Inn fue convocada, junto con los orgullosos padres, a celebrar el final del kinder y esas cosas ridículas y la entrada oficial a la primaria.
Esa mañana yo me había despertado emocionada por que era el día de mi graduación y por ser la festejada, me iban a dejar ponerme lo que yo quisiera y comer muchos dulces y jugar en la tierra con mi amigo andrés (que, dicho sea de paso, años después pensaba que Costilla era el perro de Miguel Hidalgo). Me paré frente al clóset, prendí la luz y me dispuse a elegir vestimenta. Y ahí estaba, limpísima, libre de arrugas, muy a la moda: mi sudadera favorita. La recuerdo con nostalgia, era color vino y decía algo así como "offshore oil drilling". Muy políticamente incorrecto (aunque en ese entonces a nadie le importaba). Con ella entre mis manos como un tesoro, fui a despertar a mi mamá:
-"Ma, ¿verdad que sí puedo ponerme mi sudadera roja para la graduación?"
(...suspiro de desesperación materna y 5 segundos de silencio...)
-"Hija, pero todas tus compañeras seguramente llevaran vestido, ¿no quieres ponerte algo más lindo?"
(inmediatamente)
-"No, quiero mi sudadera roja por que sí está muy linda, además claro que no todas van a llevar vestido, cada quién va cómo quiera".
Y mi madre, en un momento cumbre de su política educativa liberal, me dejó. Así nomás, me dijo que sí, que de todos modos iba a hacer lo que quisiera y que la que se iba a sentir mal sería yo. La única condición era que me peinara bien (nótese el flequillo) y que llevaríamos un vestido en el coche, por cualquier cosa. Ay, mi mamá.
Obviamente todas las niñas llevaban vestido y obviamente yo me sentí de la mierda. Pero no me importó, de ese tamaño era mi terquedad. Yo había decidido llevar mi sudadera favorita y ni modo. Esa mañana me dieron un diploma de lectora estrella, canté el himno a la escuela (saaan ángel iiiin, youuu are myyy schoool, ¿te acuerdas, mariana?) y tomé refresco de naranja y galletitas. Lo mejor de todo es que, a diferencia de las niñas popis, pude jugar en la tierra por que no tenía ningún vestido que manchar.
Corría en año de 1990: recién había caído el muro de Berlín, la terrible moda de los leggings de colores con largas camisetas estaba pegando con tubo, los tres tenores habían cantado juntos por primera vez en el mundial de futbol, Microsoft se convirtió en la primera compañía en exceder un billón de dólares en ventas, un premio nobel -ese que nunca recibió Borges- fue otorgado a Octavio Paz y yo pasaba triunfalmente de preprimaria a primero de primaria. Oh, sí, empezaban los maravillosos años 90.
La foto en cuestión fue tomada el día de mi "graduación" de preprimaria. G se burló de que le llamara "graduación"... y en realidad no sé si sea válido calificarla como tal, pero ¿de qué otro modo ponerlo? Era una ceremonia, pues, en la que toda la chamaquiza de preprimaria del Instituto San Ángel Inn fue convocada, junto con los orgullosos padres, a celebrar el final del kinder y esas cosas ridículas y la entrada oficial a la primaria.
Esa mañana yo me había despertado emocionada por que era el día de mi graduación y por ser la festejada, me iban a dejar ponerme lo que yo quisiera y comer muchos dulces y jugar en la tierra con mi amigo andrés (que, dicho sea de paso, años después pensaba que Costilla era el perro de Miguel Hidalgo). Me paré frente al clóset, prendí la luz y me dispuse a elegir vestimenta. Y ahí estaba, limpísima, libre de arrugas, muy a la moda: mi sudadera favorita. La recuerdo con nostalgia, era color vino y decía algo así como "offshore oil drilling". Muy políticamente incorrecto (aunque en ese entonces a nadie le importaba). Con ella entre mis manos como un tesoro, fui a despertar a mi mamá:
-"Ma, ¿verdad que sí puedo ponerme mi sudadera roja para la graduación?"
(...suspiro de desesperación materna y 5 segundos de silencio...)
-"Hija, pero todas tus compañeras seguramente llevaran vestido, ¿no quieres ponerte algo más lindo?"
(inmediatamente)
-"No, quiero mi sudadera roja por que sí está muy linda, además claro que no todas van a llevar vestido, cada quién va cómo quiera".
Y mi madre, en un momento cumbre de su política educativa liberal, me dejó. Así nomás, me dijo que sí, que de todos modos iba a hacer lo que quisiera y que la que se iba a sentir mal sería yo. La única condición era que me peinara bien (nótese el flequillo) y que llevaríamos un vestido en el coche, por cualquier cosa. Ay, mi mamá.
Obviamente todas las niñas llevaban vestido y obviamente yo me sentí de la mierda. Pero no me importó, de ese tamaño era mi terquedad. Yo había decidido llevar mi sudadera favorita y ni modo. Esa mañana me dieron un diploma de lectora estrella, canté el himno a la escuela (saaan ángel iiiin, youuu are myyy schoool, ¿te acuerdas, mariana?) y tomé refresco de naranja y galletitas. Lo mejor de todo es que, a diferencia de las niñas popis, pude jugar en la tierra por que no tenía ningún vestido que manchar.
9 comentarios:
¿de dónde viene la palabra "popis" (es una duda auténtica)?
Popis viene de "Popotitos", quien era un primor.
Isabel, dudo que a alguien le sorprenda tu historia. Totalmente de esperarse de ti. Es una gran historia. Debo reconocer que fuiste muy sabia en no usar vestido para jugar en la tierra, seguramente así lo pensaste desde que te levantaste ese día.
No me burlé ÚNICAMENTE de que la llamaras graduación sino también de que realizaran una.
Me encanta el himno ese que cantaste. Su contenido me parece elevadísimo incluso para los de prepa (si la hubiera habido en esa escuela), deja tú preprimaria.
DEfinitivamente una gran historia, por demás conmovedora. Aunque veo que tu look alternativo con sudadera roja no fue bien visto por tus compañeritas, pues la niña de la izquierda como que ni te quería voltear a ver y la de la derecha hasra cerró sus pequeños ojos.
jajajaja amo para siempre esta foto.. tengo una casi idéntica escaneada en otra computadora y se logran ver tus leggins y tus tenis!! lo máximo... yo estaba casi del otro lado de la fila de GRADUADAS (sí Guillermo, nos graduamos), al lado de marifer y elena... tengo q buscarlas y subirlas.. no sabes q maravilla ver esa foto y recordar los tiempos san angelinnescos... y quiero decir q yo era una de las niñas popis q iban de vestido.. pero cabe aclarar q luego acabé también jugando en la tierra en un parque, con mi pelito impecable y con mi vestido hecho un asco.. jajaja amo para siempre esa foto y lo q más amo es q descubriera q esa Isabel eras tú!!! jajaja este mundo miniatura caray....
Y eso de la burla a la graduación hiere en verdad mis sentimientos!! Guillermo, necesitas tacto!! jajaja SAN ANGEL INN, I LOOOOVE YOU MY SCHOOOOOOOL!!!!!!!! JAJAJAJA
Eso de Costilla y Miguel Hidalgo es de lo mejor que he oido hace mucho tiempo. Del tamaño del "Sonomás de Papa".
Contra dos mujeres san angelinnescas no puedo... Felicidades por su graduación pues, me siento orgulloso de ustedes. Todo un logro. ¿Desfilaron y les dieron diploma y toda la cosa?
Yo también tuve graduación de preprimaria (iba en el Olinca de Altavista). Ja, ja, ja... y sí, desfilé, me dieron diploma y hasta usé birrete blanco. A mí sí me enjaretaron vestido :S. Que suerte la tuya.
http://www.debraye5.blogspot.com/
lee ami amigo, ya los voy a presentar!
un beso!
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