I dream I never know anyone at the party and I'm always the host.
-Adam Duritz
Soñé que estaba en un pasillo largo y oscuro, como de casa antigua con ventanas cerradas hace muchos siglos. A mi derecha había una puerta, detrás de la cual se escuchaba un gran alboroto de gritos y risas. Sabía que en ese cuarto se celebraba algo que tenía que ver conmigo pero a lo cual no estaba invitada. Era como estar acostada en mi cama y presentir voces familiares en mi propia sala (sin atreverme a sacudir las sábanas, ponerme unos jeans y mi playera verde de panditas y salir a ofrecer botanas y mojitos a los invitados).
Desperté con el pelo desordenado y el alma desordenada. No me gustó la leche de soya que usé para mi cereal de manzana con cachitos de manzana. Tampoco me gustó tener que bañarme y escoger mi ropa y enchinarme las pestañas con esta sensación de no estar invitada a mi propia fiesta, de sentime como una extraña entre los míos y de que la única persona que podría reconocerme en plena multitud se haya convertido en cenizas justo cuando más la necesitaba.
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