Aunque sería de mal gusto revelar su procedencia, no puedo dejar pasar la oportunidad de compartir con ustedes este mensajito de celular que una persona, digamos Juana Buendía Camarena, le envió a otra, digamos Lolocio de la Presa y Presa, cuando ésta última le hizo un cuestionamiento sobre la lectura asignada para el día siguiente.
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¿Qué pasa con nuestra juventud universitaria? Claramente, Juana Buendía Camarena hubiera tardádose menos tiempo en aprender a escribir normalmente del que tardó desarrollando este alfabeto alterno.
6 comentarios:
jajaja lo hiciste bien!
A.iga mait ase tnto n mirotus veyos oj.tes t xtrañio n klased ocho va
Tienes que revelar la identidad del autor del sms. Es justo y necesario.
Nunca. Me llevaré el secreto a la tumba.
¡Revela!
Tu silencio solo me hace sospechar que tu eres la autora. Y Maite la destinataria, la cual seguramente te contestó en un lenguaje parecido.
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