Regreso, oh estimados lectores, con un nuevo grande pequeño problema de la vida: tengo sed pero estoy empanzonada. Este es un problema que ataca a las personas que han comido en grandes cantidades sin cuidar de manera adecuada su hidratación. Sucede, por ejemplo, cuando vamos a un restaurante y al final de la comida se antoja un vaso con agua del filtro (hay que agregar aquello de del filtro, ya que de lo contrario se corre el peligro de tener que pagar una de esas botellitas de 300ml pero de 25 pesos). Llega el agua, se ve deliciosa, nuestro cuerpo nos la pide pero... estamos empanzonados. ¿Beber o no beber?
pd. Cabe mencionar que éste no es un problema que yo haya tenido últimamente, ya que mi condición pielonefrítica me ha impedido comer cosas de gran deliciosidad. Como decía mi profesor de Problemas II: consomé con verduritas, pollito asado, fruta... ¡pura pendejada!
pd. Cabe mencionar que éste no es un problema que yo haya tenido últimamente, ya que mi condición pielonefrítica me ha impedido comer cosas de gran deliciosidad. Como decía mi profesor de Problemas II: consomé con verduritas, pollito asado, fruta... ¡pura pendejada!
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